La gestión energética es una apuesta segura en el sector industrial. Además de ayudar a las compañías a mejorar su rendimiento, la eficiencia energética no influye en la calidad de los productos y servicios que se ofrecen.
Pero, ¿es necesario trazar un plan de gestión energética?
Todas las medidas que se implantan deben haberse planificado anteriormente. Establecer unos objetivos específicos es el único modo de valorar posteriormente la eficacia de las medidas propuestas.
Una gran parte de la energía que se utiliza en los diferentes procesos productivos se desperdicia a causa de una mala gestión. Ha llegado el momento de apostar por la eficiencia energética y por un correcto tratamiento del Big Data energético para obtener dato útil.
No podemos mejorar en eficiencia energética sin ser previamente conscientes de cómo estamos utilizando la energía que gastamos. Utilizando la captura y procesado de los datos más fiables y representativos de nuestro consumo energético, podemos realizar una evaluación del grado de eficiencia actual.
Gracias a la implantación de la Norma ISO 50001 podemos conocer también el gran potencial en materia de ahorro energético y económico que tienen las empresas.
La optimización del consumo energético de nuestra compañía nos permite ofrecer los mismos productos o servicios a un menor coste económico. De este modo, el margen de beneficio aumenta y con ello, nuestra competitividad.
Gracias al IOT o Internet de las cosas, conectamos nuestras máquinas y sistemas de producción optimizando de este modo nuestros costes. Además, logramos mejorar la calidad de nuestros productos y generamos un sistema de fabricación inteligente que también repercutirá en nuestra eficiencia energética de forma directa, haciéndonos por ello más competitivos.
Las medidas que se implantan en un sistema de gestión energética nos permiten generar un ciclo de ahorro que no va a ser puntual sino continuado. Cada una de las mejoras de eficiencia energética propuestas se cuantifica energética, económica y medioambientalmente, permitiéndonos medir su repercusión en tres ámbitos distintos.
Un sistema de gestión energética industrial adecuado genera resultados claramente medibles y cuantificables. Además de suponer una fuente importante de ahorro para la empresa, reduce sus emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
España es un país con una clara dependencia energética. Si logramos reducir el gasto energético de la industria, estaremos disminuyendo al mismo tiempo la dependencia que tenemos del exterior.
El gran valor de la Industria 4.0 se encuentra en establecer una visión general de la industria. Gracias a la transformación digital de las empresas, obtenemos un diagnóstico con el que implementamos los procesos que nos llevarán a mejorar nuestro mantenimiento inteligente, eficiencia energética y competitividad en todos los ámbitos de nuestra actividad.
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La eficiencia energética es de vital importancia en la industria... | |
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